miércoles, 7 de octubre de 2009

EVALUAR ES VALORAR



El tema de la evaluación es de nunca acabar, son muchísimos los autores que nos han dado sus aportes a nivel personal y científico al respecto. Los docentes, como directamente involucrados con la evaluación, también han dado aportes valiosísimos. A pesar de tanta literatura y de los decretos que periódicamente son difundidos por los gobiernos de turno, no hemos logrado un consenso respecto al tema de la evaluación.
Considero que es uno de los talones de Aquiles del sistema educativo.
Anteriormente el gobierno traía modelos evaluativos de otros países y los acomodaba al nuestro pero el choque no se hacía esperar pues no existía una contextualización para dichos modelos.
El sector educativo no había terminado de acomodarse al modelo cuando ya surgía un nuevo decreto.
Hace rato venimos en ese desajuste que lo único que ha logrado es acrecentar los paradigmas a nivel de evaluación entre padres de familia, estudiantes, docentes y demás sectores que conforman el estamento escolar.

Quisiera describir desde mi experiencia las bondades y lo que considero como desaciertos del decreto 230 de 2002 y el decreto 1290 a implementarse a partir del próximo año:

Personalmente la evaluación cualitativa bien trabajada resulta excelente herramienta para valorar el trabajo de los estudiantes, el hecho de hacer una descripción del proceso de cada educando da buena cuenta del conocimiento que el docente tiene de cada uno de sus estudiantes, sin embargo muchos educadores nunca se pudieron acomodar a esta forma de evaluar y continuaron haciéndolo de manera numérica. (Paradigmas muy arraigados)

Lo que es cuestionable del decreto 230 es la limitante para la promoción al grado siguiente, pues esto antes que incrementar la calidad de la educación lo que hizo fue aumentar la mediocridad, la apatía hacia la academia, el conformismo, el desconcierto entre aquellos estudiantes que siempre fueron responsables y ver como los que no lo eran pasaban igual al grado siguiente por que se tenía que conservar una estadística para el gobierno.

Ahora con el decreto 1290 de 2009 se da libertad a las instituciones educativas para mejorar lo expuesto en el párrafo anterior; pero todo no es color de rosa pues se vuelve a una de las causas por las cuales se abolió la evaluación cuantitativa y es la de aquellos docentes “rajadores” que dejan a un estudiante con 2.95 sin tener muchas veces en cuenta el proceso a lo largo de un período o año escolar. Por eso insisto, el tema de la evaluación es de nunca acabar.

Para finalizar quiero compartir apartes de un artículo del Investigador en educación Pablo Romero Ibáñez. Me llamó mucho la atención por que toca las fibras de nuestro quehacer como docentes:
“Pedagogía de la humanización. Quien se enoja porque existen escuelas donde todos los estudiantes aprenden y por ende, en esas escuelas no hay fracasados, no hay necesidad de repetir el curso, solo se avanza, se crece, se evoluciona y nos transformamos en mejores seres humanos, repito: quien a esto le disgusta, entonces, no merece ser maestro.
¿Para qué nos hacemos maestros? Justamente para el que está en problemas, para el que no tiene motivación de estudiar, para el que no hace tareas, para el indisciplinado, para el que no se lo aguanta nadie, para ese estudiante, nos hacemos maestros; por eso, tiene sentido, ser maestro, porque somos capaces de transformar al individuo egoísta y perezoso, en un mejor ser humano, en un sujeto social que se ama a sí mismo, ama a los demás, al mundo y al conocimiento; pero, gracias a un maestro, ese estudiante que dábamos por perdido, ahora: es crítico, creativo y fundamentalmente un sujeto ético. Insisto, gracias a un ser humano que se hizo maestro podemos pensar una mejor sociedad de la que tenemos en la que todos cabemos”.

Por: Olga Claudia Herrera Z.

5 comentarios:

  1. Hola Olga

    Estoy muy de acuerdo con tu aporte, pues la evaluación propuesta desde las políticas educativas tiene sus ventajas y desventajas. Pero como docentes que amamos nuestra profesión debemos procurar siempre la formación integral del alumno y utilizar la evaluación como proceso y no como resultado, además potencializar en nuestros discentes sus talentos, pues muchas veces nos dedicamos a categorizar los alumnos en buenos y malos mediante la evaluación y no nos damos a la tarea de transformar sus actitudes. Es por esto, debemos implementar estrategias que nos permitan llegarles a nuestros alumnos.

    ¡El reto es grande!...

    NOTA: Yo soy Berta Elena Balvin Mesa, aparece así porque utilice mi cuenta en gmail para crear un blog en currículo y me sigue apareciendo mis compañeras de trabajo.

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  2. Olga Claudia, me parecen excelentes y precisas tus palabras cuando te refieres a por qué nos hacemos maestros que traigo a colación un poco: "¿Para qué nos hacemos maestros? Justamente para el que está en problemas, para el que no tiene motivación de estudiar, para el que no hace tareas, para el indisciplinado, para el que no se lo aguanta nadie, para ese estudiante, nos hacemos maestros"; ojalá lográramos memorizar estas palabras para que de verdad nos identificáramos con la esencia del "ser maestros".

    Muchas Gracias

    Esteban Ríos Roldán

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  3. Gracias por sus aportes y comentarios sobre le concepto de evaluación. Les pregunto si ustedes indagaron en las direcciones recomendas para dar respuesta a la pregunta dos.
    Cuáles son los propósitos y las intencionalidades de los actores eductivos implicados en la evaluación?

    Sigamos aportando y siguiendo la cadena para poder dar el debate sobre el tema.
    Adelante, Luz Marina

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  4. Sin lugar a dudas estos aportes son muy interesantes, llegar a presentar de alguna manera el cambio de la situación evaluativa estaba requiriendo, por ende, me sumo con agrado y regocijo a esta argumentación, pues tiene en su interior ese afán por ser mejores cada día.

    En cuanto al 230, incorporo mi apreciación inadmisible, pues creo que desmejoró considerablemente los procesos educativos, al darle al estudiante todas las gabelas para aperesarse y no corroborar con su proceso formativo, pues, en esta sociedad tan quietista, conformista y raponera, donde la responsabilidad corresponde solo a unos cuantos, las perezas reservadas se hacen más frecuentes.

    En cambio, con el 1290 se espera un resurgimiento de los procesos, pues, se espera más apertura y más estudio, más responsabilidad y más entrega, pues, si antes nos aquietaba la ley para cumplir el deber, ahora pone en nuestras manos las herramientas para mejorar.

    y sí, tratemos de incrementar esquemas que ayuden a mejorar los procesos educativos, al hacerlos dinámicos y persuasivos, no sea que este tema se convierta en un arma de doble filo, pues, los términos que se empleen en la cosntrucción del plan que manda el 1290, abarque todos los ámbitos y todas sus señalizaciones, no sea que se caiga en los mismo errores del 230.

    Definitivamente estuvo muy bien logrado el artículo, felicitaciones a quien tuvo la osadía de construirlo, porque la verdad no se negocia.

    Juan Felipe Tobon Mazo.

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  5. Hola Compañeros

    Todos nosotros sabemos que fuimos resultado de evaluaciones con un alto grado de memorización, conceptos que seguramente quedaron muy grabados en el subcosciente porque no se les buscó una aplicación practica, una experiencia significativa,nosotros muchas veces tenemos que motivar de tal manera al educando que incluso si el sistema evaluativo es deficiente, la voluntad del estudiante es excelente para dar respuesta positiva a los desaciertos educativos, semejante labor es la del docente.

    Nelson V.

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