sábado, 31 de octubre de 2009



¿ESTAMOS PREPARADOS PARA ADOPTAR EN NUESTRAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS, LA NUEVA METODOLOGÍA PARA EVALUAR AL ALUMNO?


El ser humano está enfrentado a nuevos retos, hablando de la pedagogía, podemos decir que el Decreto 1290, se convierte para la educación colombiana, en un nuevo horizonte que guia los procesos de enseñanza en el momento mismo de rendir cuentas intelectuales. Este nuevo Decreto es la puerta de entrada a la nueva forma de evaluar, no solo los conceptos adquiridos, sino también la dimensión humana del educando.


Nuestros establecimientos han estado enseñados a un método tradicional, que no permite ver a los educandos en su integridad como persona, nos hemos preocupado por ir tejiendo, construyendo maquinas USB, que con solo darle "enter" se despliega lo que el docente quiere. es hora de despertar al humanismo, es hora de ver y valorar en potencial humano que llenan nuestras isntituciones. Debemos de cualificar no tanto la memorias, sino nuestra dimensión de personas, encontrar en quienes nos rodean, sus verdaderos aportes a la construcción de nuevas sociedades realmente humanizadas y humanizantes.


Querida Escuela o Colegio, llegó la hora de pensar, no solo en lo que se encierra dentro de los muros de nuestras aulas, ya es el momento de dar participación a quienes no están cerca, pero tampoco demasiado lejos de nuestro quehacer pedagógico. Evaluar ya no es de duos, este acto implica a otras personas, cubre el pensamiento amplio y significativo de los establecimientos ¡por fin se goza de autonomía! en nuestras instituciones.





Carlos Fernando Uribe.

jueves, 29 de octubre de 2009

EVALUAR ES VALORAR

Vivimos en un mundo, donde se hace necesario realizar seguimientos detallados de los distintos procesos que se realizan en los distintos campos de la formación. En este caso, el de la pedagogía, que encuentra su razón de ser en lo que se refiere a la enseñanza.
Evaluar, no es un proceso fácil, al contrario es difícil, ya que este acto implica que la persona se ponga en una realidad de cosecha, es decir, serecogerá de lo que sembró. Hoy en día, quizás se ha tergiversado lo que es en realidad "evaluar".
Los establecimientos educativos, han de ir más allá de coger una hoja de blok y pedir al alumno responda una preguntas, esto es necesario, pero se ha de hacer con una mirada no de medir que cumulo de conocimiento hay en el intelecto de la persona, sino más bien que capacidad ha adquirido el estudiante para contextualizar los conocimientos adquiridos en el aula u otro espacio educativo.
No debemos de mirar la evaluación como una nota más de la planilla, no, debemos de trscender en su significado para ser entendida no como térmómetro, sino como medio valorativo que impulse al estudiante a seguir teniendo conocimientos verdaderamente significativos, no para el momento de la academia, sino más bien para la vida.
Carlos Fernado Uribe V.

Lo que todo "Maestro" debe saber




¿Qué decretos han legislado la evaluación del Sistema Educativo en Colombia?A partir de la ley 115 de 1994, se cambió el sistema tradicional de evaluación y promoción de los estudiantes de los distintos niveles y los ciclos de la educación.La evaluación ya no es sumativa, sino formativa integral y cualitativa, este resultado condujo a la expedición de nuevas normas sobre este fondo, como el decreto 1860/1994Y 230/2002 y 3055/2002En estas normas 1860/19994 en el capitulo sexto está dedicado a la evaluación y promoción se determinó la constitución de comisiones de evaluación y promoción(derogado por el decreto 230/2002) con el fin de analizar y apoyar las acciones pertinentes a la recuperación de los logros insuficientes por parte de los alumnos y definir actividades complementarias para este fin, una entrega de informes descriptivos y cualitativos sobre los logros y aspectos a mejorar de los educandos, esto con el fin de reemplazar la tradicional libreta de calificaciones numéricas entre otras.

Por su parte el decreto230/2002 recogió el proceso de evaluación acreditado en el decreto 1860/1994 con la determinación de cuatro periodos académicos durante el año escolar con una escala cualitativa de valoración de: Excelente, sobresaliente, aceptable, insuficiente y deficiente.El decreto 3055/2002 reformó el artículo 9 del decreto 230/2002, diciendo que los establecimientos educativos tienen que garantizar un mínimo de promoción del 95% del total de los alumnos que lleguen al final del año escolar en la institución educativa.

Este criterio de promoción del 95% establecido en el decreto.3055/2002 ha tenido fuertes contradicciones para la toma de decisiones de promociones de grado ya que algunas instituciones se han visto obligadas a promover estudiantes con evaluaciones muy bajas (insuficientes) en tres o mas áreas debiendo cumplir con las recuperaciones a más tardar una semana antes de dar comienzo al nuevo periodo (año) escolar como lo reza el articulo 10 del decreto 230/2002.

El Decreto 0230 de 2002 restableció la promoción automática que había eliminado la Ley 115 de 1994 o Ley General de educación. La corte constitucional en varios fallos, estableció que el Decreto 1860 de 1994 no contenía la promoción automática y menos, que ésta tuviera carácter constitucional. Es decir, que la promoción automática de los estudiantes en primaria y bachillerato no tiene ningún soporte constitucional. El Ministerio de Educación Nacional lo restableció por un decreto y por un decreto puede ser eliminada.

Vamos a debatir partiendo de las siguientes preguntas, por favor llevar la cadena de la participación, evitar aportes aislados.

¿Considera usted que la promoción automática impuesta por el Decreto 230 de 2002, afectó la calidad de la educación de primaria y secundaria del país? Argumente su respuesta.

¿A QUÉ SE LE ATRIBUYE EL CAMBIO DEL DEL DECRETO 0 230 AL 1290?

¿CONSIDERA QUE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS ESTÁN PREPARADAS PARA ASUMIR EL RETO DEL 1290?

¿CUÁLES SON LAS FORTALEZAS DEL DECRETO 1290 Y CUÁLES LOS ASPECTOS QUE NO FAVORECEN LA VALORACIÓN DEL CONOCIMIENTO PARA ORIENTAR UNA FORMACIÓN CON CALIDAD?

Tienen la palabra...

domingo, 25 de octubre de 2009

LA EVALUACION, UN TERROR EN EL AULA DE CLASE





La indagación de los diferentes factores que hacen parte de la evaluación del aprendizaje en el aula, parte de la revisión que se ha hecho sobre las incidencias que ha tenido el modelo que se aplica a la luz del decreto 230, para definir la promoción o la deserción de los alumnos, la cual está enmarcada en dos problemáticas que aquejan tanto a docentes como a estudiantes.

El primero se refiere al aprendizaje, y el segundo a la evaluación del mismo. Lo que implica que tanto el que aprende (estudiante), como el que enseña (docente), debe tener en cuenta que en toda acción educativa de tipo formal, existen algunos conocimientos empíricos que les permite intercambiar conceptos propios del rol que desempeña cada uno en ese proceso de enseñanza-aprendizaje.

En el caso de los estudiantes, el nivel intelectual se ubica en la etapa del desarrollo cognitivo en la que se traslada de un conocimiento basado en la percepción de los sentidos, a otro en que el objeto se convierte en concepto.

De la misma manera, cuando va evolucionando la concepción intelectual, pero la capacidad del individuo no se ajusta a los requerimientos preestablecidos por el docente y es evaluado, tales deficiencias pueden entorpecer el proceso, causando inclusive la pérdida del año escolar.

En el caso del docente al definir la capacidad cognitiva de sus alumnos, en muchos ocasiones, no tiene en cuenta la diversidad de conocimientos y el ritmo de aprendizaje individual, además, pretende que todos deben aprender lo mismo y al mismo tiempo. De tal manera, que al elaborar y aplicar una evaluación, esta corresponde más a los criterios del evaluador que a las exigencias que verdaderamente requieran los evaluados para demostrar que se han apropiado del conocimiento.

Por ello, es un error creer que los conceptos que se les dan a los estudiantes son una verdad absoluta, y no se tiene en cuenta que cada discente elabora su propio conocimiento partiendo de la importancia que para él tengan estos aprendizajes.

Esto explicaría en parte, por qué existen tantos estudiantes reprobados en las asignaturas y en los grados, y me pregunto ¿será que al alumno no se le brinda la ayuda necesaria para reconstruir el aprendizaje?, el decreto 230, expresa claramente que toda Institución o Centro deben diseñar un plan donde quede explícito todas las actividades que se le deben realizar a un estudiante para que este pueda superar las dificultades, ¿será que los docentes, las comisiones de evaluación y promoción, los padres de familia, están realizando el trabajo que realmente deben hacer?

De la misma manera, si los alumnos muestran dificultades en el momento de aprender, y estas deficiencias se hacen evidentes al aplicar y responder la evaluación, entonces la valoración y los resultados no reflejarán el verdadero conocimiento que el niño (a) tenga sobre un tema en particular; pues, en este caso a quien se le reconoce la dificultad es al niño y no al docente ¿nos hemos preguntando si la manera de explicar las clases es la más adecuada? ¿Por qué el niño en algunas ocasiones expresa que no entiende la metodología que emplea el maestro y no se hacen correctivos para mejorarla?

Martínez Morales Joaquín, expresa que: “si el profesor no distingue los tipos de aprendizajes, sus juicios darán prioridad a los aprendizajes procedimentales, por consiguiente evaluará solo por producto, así por lo contrario considerará que los saberes procedimentales solo son medios y no fines en sí mismo, dará más importancia a los conceptos”.

Por ello, considero que los aprendizajes tienen que ser evaluados concibiéndolos articulados en sus tres niveles: conceptos, procedimientos y actitudes, en donde todos esos aprendizajes tienen la misma importancia y el mismo peso a la hora de evaluar aunque se explore con diferentes instrumentos.

Quizás la solución al problema radica en entender que cada aprendizaje lo construye quien lo aprende y del modo que lo entiende, no de una manera mecánica, sino articulada sistemáticamente con los conocimientos que previamente el sujeto de evaluación trae de la primera socialización que tiene en el entorno familiar y social en el que se desenvuelve.

Para que la evaluación deje de ser un terror en el aula, ésta debe cambiar el concepto que tradicionalmente el niño ha tenido, “el arma que va castigar” sino que se puedan concebir, como el instrumento que posibilitará reconocer las dificultades y mejorarlas.

Por ende, el concepto de evaluación debe significar superación y gratificación, para poder llevar un incentivo a los estudiantes a favor de los conocimientos y en virtud de las evaluaciones.

Esperemos pues, que la tarea que desempeñe el decreto 1290 sea el mejor, que ayude a las instituciones y a los docentes a plantear y plantearse de una manera abierta el tema de la evaluación, y además, que los resultados sean los mejores, pues el empeño y la dedicación eso deben entregar, pues, se ha de quitar ese terror que tienen los educandos al presentarse frente a una situación evaluativa.

Juan Felipe Tobón Mazo

domingo, 18 de octubre de 2009

¿QUÉ ENTENDEMOS POR COMPETENCIAS?

Comparto el siguiente video del Pedagogo español José Moya, que nos ilustra sobre educación por competencias, el cual nos será util para comprender la dimensión evaluativa del modelo educativo que en él se nos ilustra . Espero nos sirva para nuestro proceso de aprendizaje.

viernes, 16 de octubre de 2009

DESARROLLO HUMANO Y EVALUACION


Se pretende responder la siguiente pregunta: ¿Qué tiene que ver la evaluación del aprendizaje con el desarrollo, cultura y educación?


El tema del desarrollo humano tiene muchas acepciones conceptuales. Seguramente estas apreciaciones que se tienen sobre el desarrollo dependerán de la ideología e intereses de quien construya el concepto. Ningún conocimiento es completamente neutro; siempre habrá motivaciones e intenciones detrás de toda construcción humana.

Con base en lo anterior, debemos tener en cuenta que en el concepto de desarrollo humano existen otras implicaciones, como las necesidades de subsistencia: salud, trabajo, alimentación, vivienda y educación, dejando a un lado una serie de requerimientos existenciales y axiológicos, como la cultura, la economía, el medio ambiente, la tecnología y la ciencia.

Se podría decir que la definición de desarrollo se desenvuelve a través de dos grandes concepciones o paradigmas:

El primero considera el desarrollo como un proceso de crecimiento económico, que conlleva al mejoramiento de la calidad de vida.

El segundo proyecta el desarrollo no en el sentido de la producción, sino en la consideración de las necesidades y carencias del ser humano. Es decir, concibe al ser humano como el fin del desarrollo, en su dimensión de ser material y ser trascendente, el cual por su condición existencial emerge a través de sus necesidades de existencia, de pertenencia y de espiritualidad. Es decir, el desarrollo se entiende como la búsqueda progresiva de la satisfacción permanente de todas estas necesidades y carencias.

Cada una de estas concepciones del desarrollo, generan diferentes formas de asumir el asunto de la educación y, por ende, las apreciaciones sobre aprendizaje y evaluación del mismo. En este sentido vale la pena traer la siguiente consideración: ¿De qué manera se asume la educación, dependiendo de la concepción que se tenga del desarrollo? Esta pregunta genera una amplia gama de discusiones y tiene fuertes incidencias sobre todo en los direccionamientos de política educativa; por tanto modela profundamente todos los aspectos de la gestión académica y pedagógica de la educación.

La misma, entonces, sugiere una fuerte reflexión en torno a lo que tiene que ver la educación con el proceso de desarrollo humano y cultura, en el sentido de poder establecer cuál es el significado de la misma.

En torno a lo anterior emerge una fuerte crítica al modelo de desarrollo vigente en nuestro país y las implicaciones que este modelo tienen sobre todo el sistema educativo. Un modelo que concibe el desarrollo como crecimiento económico tomando a la educación como un instrumento que posibilita tal desarrollo; es decir, la educación entra a servir a los intereses del modelo productivo y económico imperante, por tanto, a los grupos hegemónicos de la sociedad. En ese sentido, esos intereses se construyen desde múltiples facetas. De esas, dos son de vital importancia:

1. La educación sirve para garantizar la formación del capital humano que el modelo de desarrollo requiere para su funcionamiento, reproducción, existencia y propósitos establecidos.

2. La educación garantiza la reproducción de los esquemas de jerarquización social del poder.

Desde lo anterior, el SUJETO HUMANO no es considerado el fin del proceso de desarrollo; no es al sujeto al cual van dirigidos los propósitos del desarrollo, sino un instrumento más del mismo.

En ese escenario emerge el concepto de competencias: “Así como la educación constituye un lugar estratégico para la política social, la evaluación (masiva o muestra) se erige como el principal mecanismo para evaluar la política educativa (en el mismo sentido se realizan las “investigaciones” sobre factores asociados)…

Los intereses que subyacen a las políticas sociales y educativas podemos observarlos en lo expuesto por Coraggio: “El sentido objetivo de las nuevas políticas sociales (del Banco Mundial), más allá de las verdaderas intenciones o de su marketing, puede interpretarse de tres formas principales:

a. Las políticas sociales están dirigidas a continuar el proceso de desarrollo humano que se dio a pesar del fallido proceso de industrialización y desarrollo económico.

b. Las políticas sociales – ya sea por razones de equidad o de cálculo político- están dirigidos a compensar coyunturalmente los efectos de la revolución tecnológica y económica que caracteriza a la globalización. Inicialmente pensados para los afectados por la transición, ahora se focalizan en los más pobres.

c. Las políticas sociales, antes que para continuar o compensar, están pensadas para instrumentar la política económica. Su principal objetivo es reestructurar el gobierno descentralizándolo, dejando en mano de la competitiva sociedad civil la asignación de recursos, sin mediación estatal”.4

En la lógica de lo anterior, es que se enmarca la concepción de la evaluación. ¿A que criterio de desarrollo corresponde las maneras como políticamente se orienta la evaluación en nuestro medio?

Si el concepto de desarrollo imperante es que lo asume como crecimiento, la evaluación tiene un carácter eminentemente instrumental; es decir, lo que se trata es medir el desempeño de los sujetos, de tal manera que se permita una jerarquización de los mismos, realizando un selección social de los más capaces y más idóneos, en relación con los intereses y necesidades del modelo de desarrollo. La evaluación, entonces, se convierte en un mecanismo de exclusión social, que legitimiza las estructuras de exclusión y jerarquización de la sociedad.

A esta manera de mirar la educación, el desarrollo y en torno a ella la evaluación, cabría hacerle un sinnúmero de cuestionamientos y preguntas. En especial, valdría la pena preguntarse si lo humano de lo humano no tiene que ver con el desarrollo propio de las capacidades del sujeto en torno a su contexto histórico, social y personal, en razón a que este, como sujeto, existe sólo en sus relaciones intersubjetivas.

El sujeto se hace tal como ser histórico social, y en esa realidad es que emerge en sus dimensiones bio-Sico-socio-ecológicas. Luego entonces, si lo que se evalúa es al sujeto, la evaluación no se puede dar en condiciones de objetividad; es decir, esta no puede corresponder a la lógica cartesiana donde se separan los objetos de conocimiento del sujeto que conoce, porque el proceso de aprendizaje es social, y se hace socialmente, a través de relaciones intersubjetivas entre el docente y el estudiante. Por tanto, si el proceso de enseñar, aprender y evaluar, son históricos, sociales y culturales, es en relación de las relaciones que emergen que se debe realizar la evaluación.

Este concepto de evaluación tiene más que ver con una apreciación del sujeto consumidor, sujeto competitivo. Es decir, un ser humano objetivizado e instrumentado, que corresponde al concepto economicista del desarrollo. Un concepto de evaluación así no corresponde a un desarrollo de un proceso de formación que pretenda la emergencia potente de lo humano.

La propuesta debe establecerse en una transformación de la manera como se concibe el desarrollo. En ese sentido, la propuesta del desarrollo a escala humana es una alternativa que permite considerar la educación y la formación en el entorno de las necesidades del ser humano.

Aquí es necesario también a ser referencia al “desarrollo humano”5, al considerar que el mejor proceso de desarrollo, es aquel que permite la calidad de vida de los seres humanos acordes con las posibilidades que éstos tengan que satisfacer sus necesidades fundamentales como: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. Para lograrlo cada sociedad provee las satisfacciones sinérgicos entre los cuales se destaca la EDUCACIÓN.



GARCIA DE RUIZ SONIA. “Evolución del concepto de evaluación”, tomado de su libro: “La Evaluación”. Edit. Libros Libres Santafé de Bogotá, 1996.

CERDA GUTIÉRREZ, H. “La evaluación como juicio de valor”, tomado de su libro: “La Evaluación como experiencia total”. Edit. Magisterio, Santafé de Bogotá, 2000.

CERDA GUTIERREZ, H. “La evaluación como experiencia total”, tomado de su libro:”La Evaluación como experiencia total”. Edit. Magisterio, Santafé de Bogotá, 2000.

ESTÉVEZ S. CAYETANO. “Qué significa evaluar”, tomado de su libro: “Evaluación integral por procesos”. Edit. Magisterio, Santafé de Bogotá, 1997.

ESTÉVEZ S. CAYETANO. “Hacia una evaluación integral”, tomado de su libro: ”Evaluación integral por procesos”. Edit. Magisterio, Santafé de Bogotá, 1997.

BUSTAMANTE Z. GUILLERMO. “¿Es posible evaluar objetivamente?”, tomado de su libro:”Evaluación escolar,¿ resultados, o procesos?”Edit. Magisterio, Santafé de Bogotá, 1998.

SAMUELS, S. “Fundamentos teóricos de la evaluación”, tomado de Páginas del CIEDU, págs. 49-67.

SUÁREZ R. PEDRO-LATORRE B. HELENA.”Cuestionamientos a la evaluación escolar”, tomado de su libro: “La evaluación escolar sociocrítica como mediación” Edit. ORION

Pbro. Nolasco Tamayo

domingo, 11 de octubre de 2009

LA CALIDAD DE LA EVALUACION













LA CALIDAD DE LA EVALUACION


Por:
José Alejandro García Toloza

La evaluación es uno de los estamentos pedagógicos más importantes inclusive creo que es el componente más importante en una institución para no solamente darle una valoración al estudiante sino en el mejoramiento del quehacer pedagógico buscando nuevas estrategias que conlleven a mejorar la calidad de la educación y por ende la calidad de vida.

Las instituciones deben asumir con responsabilidad este proceso, por lo tanto directivos docentes y docentes deben disponer de tiempo suficiente para el análisis de los desempeños de los estudiantes y las circustancias que incidieron en estos y así concertar la valoración de cada uno de ellos.

para ello debemos ser concientes de lo que la evaluación pretende para nuestros estudiantes; teniendo en cuenta los estilos y ritmos de aprendizaje como también sus intereses y proyectarla a su realidad; desarrollar estrategias que conlleven a superar sus debilidades y su desempeño superior en su formación; que lleve a la implementación de un plan de mejoramiento institucional.

En el proceso de evaluación debemos tener en cuenta características importantes no solo para el docente sino también para el estudiante:
En este caso la evaluación debe ser:

Integral: donde se involucren todas las dimensiones del individuo (afectiva, intelectual, social, motriz y axiológica).teniendose en cuenta el ser, el saber, y el hacer.

Sistemática: planificar previamente los aprendizajes que se van a evaluar, y la evolución de los procesos. Se debe tener en cuenta los principios pedagógicos y guardar relación con los fines, objetivos de la educación, la visión y misión del plantel, los estándares de competencias de las diferentes áreas, los logros, indicadores de logro, lineamientos curriculares o estructura científica de las áreas, los contenidos, métodos y otros factores asociados al proceso de formación integral de los estudiantes.

Participativa: donde participe e interactúe toda la comunidad educativa (estudiantes, docentes, directivos docentes, padres de familia y sociedad en general); donde se involucre en la evaluación del estudiante, al docente, padre de familia, y otras instancias que aporten al desarrollo de estrategias.

Procesal: se debe realizar durante todo el proceso educativo; al inicio (evaluación inicial), durante (evaluación formativa) y al final.

Flexible: se debe adecuar a los ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes. teniendose en cuenta los ritmos del estudiante en sus diversas dimensiones; aspectos de interés, capacidades, ritmos de aprendizaje, debilidades, limitaciones de tipo afectivo, familiar, nutricional, social, discapacidad de cualquier índole, estilos propios, dando un manejo diferencial y especial según las problemáticas relevantes o diagnosticadas por profesionales.

Continua: Es decir se debe realizar en forma permanente haciendo seguimiento al estudiante que permita el progreso y las debilidades que se presenten en su proceso de formación. se de realizar en cada clase, temática, unidad, periodo o proceso.

En términos generales la evaluación busca determinar las fortalezas y debilidades de los estudiantes en el proceso de alcanzar logros, competencias y conocimientos; a la vez conduce a la toma de decisiones referidas a determinar las actividades de refuerzo y superación para los estudiantes que presenten dificultades.

sábado, 10 de octubre de 2009

UNA EVALUACIÓN SIGNIFICATIVA


Estimados Amigos.


La Educación: un compromiso que produce cambios verdaderos en los agentes del proceso educativo.


La educacion ha existido desde que el hombre se juntó con el hombre con el propósito de transmitir y perpetuar los conceptos de un grupo social determinado. A través del tiempo, se encasilló y momificó toda práctica educativa, trayendo como resultado una inercia pasiva que pretende perpetuar práctica que han eternizado errores en la aproximación y recepción de conocimientos y saberes.


Es necesario, a través de la evaluación, inyectar nuevas fuerzas que permitan obtener resultados diferenctes a partir de la manifestaciónn de la forma no tradicional de la relación individuo-conocimiento-aplicación-cambio de comportamiento; es allí donde se manifiesta la estructuración de lo que verdaderamente soy. Por lo tanto, la educación y la evaluación como fenómenos inherentes del acto de la enseñanza, no pueden estar alejadas del desarrollo y procesos de una nación. Debido esto, los cambios generados en el tiempo no pueden concebirse fuera del pilar fundamental de la sociedad, la educación, pues esta constituye la parte espiritual del conglomerado y la evaluación tendría la misión de hacer real estos prospectos delineados desde el proyecto educativo.


Para pensar en cambios verdaderos necesitaríamos construir un sistema de evaluación dinámico que permita la participación activa de los estudiantes y los docentes, como agentes mediadores del conocimiento, los cuales tendrían como objetivo la superación de la realidad actual por medio de propuestas académicas y formativas.


Como método hilatorio, tendríamos la evaluación como un medio para regular y mejorar el proceso de aprendizaje, además el de certificar que las competencias que el estudiante debe adquirir se están alcanzando, las cuales permitirían dinamizar el conocimiento como herramienta tanto cognitiva como espiritual. Esto nos llevaría a que el estudiante interiorice valores metas claras, como persona y promotor de conocimientos.


En cuanto al docente, debe hacer efectivo todo aquello sobre lo cual ha reflexionado y ha vivido, para que entre ambas partes puedan arribar a puerto seguro: Una sociedad educada integralmente a través de una evaluación significativa en términos de utilidad para la vida.


Logrando este ideal utópico, los habitantes de esta nueva generación tendrían habilidades excepcionales: para el diálogo, la resolución de conflictos y como agentes de sabiduría, generadores de calidad de vida tanto para sí mismo como para el otro, en otras palabras, seres humanizantes. Por ende, podríamos concluir que la educación, debe tener la herramienta de la evaluación sustentada en el mejoramiento de los procesos y resultados, para que se convierta en el medio de cambio que necesita el mundo de hoy para construir hombres dignos de ser llamados seres racionales.


León Esteban Monsalve Cataño

Teorías y Técnicas de la Evaluación

miércoles, 7 de octubre de 2009

EVALUAR ES VALORAR



El tema de la evaluación es de nunca acabar, son muchísimos los autores que nos han dado sus aportes a nivel personal y científico al respecto. Los docentes, como directamente involucrados con la evaluación, también han dado aportes valiosísimos. A pesar de tanta literatura y de los decretos que periódicamente son difundidos por los gobiernos de turno, no hemos logrado un consenso respecto al tema de la evaluación.
Considero que es uno de los talones de Aquiles del sistema educativo.
Anteriormente el gobierno traía modelos evaluativos de otros países y los acomodaba al nuestro pero el choque no se hacía esperar pues no existía una contextualización para dichos modelos.
El sector educativo no había terminado de acomodarse al modelo cuando ya surgía un nuevo decreto.
Hace rato venimos en ese desajuste que lo único que ha logrado es acrecentar los paradigmas a nivel de evaluación entre padres de familia, estudiantes, docentes y demás sectores que conforman el estamento escolar.

Quisiera describir desde mi experiencia las bondades y lo que considero como desaciertos del decreto 230 de 2002 y el decreto 1290 a implementarse a partir del próximo año:

Personalmente la evaluación cualitativa bien trabajada resulta excelente herramienta para valorar el trabajo de los estudiantes, el hecho de hacer una descripción del proceso de cada educando da buena cuenta del conocimiento que el docente tiene de cada uno de sus estudiantes, sin embargo muchos educadores nunca se pudieron acomodar a esta forma de evaluar y continuaron haciéndolo de manera numérica. (Paradigmas muy arraigados)

Lo que es cuestionable del decreto 230 es la limitante para la promoción al grado siguiente, pues esto antes que incrementar la calidad de la educación lo que hizo fue aumentar la mediocridad, la apatía hacia la academia, el conformismo, el desconcierto entre aquellos estudiantes que siempre fueron responsables y ver como los que no lo eran pasaban igual al grado siguiente por que se tenía que conservar una estadística para el gobierno.

Ahora con el decreto 1290 de 2009 se da libertad a las instituciones educativas para mejorar lo expuesto en el párrafo anterior; pero todo no es color de rosa pues se vuelve a una de las causas por las cuales se abolió la evaluación cuantitativa y es la de aquellos docentes “rajadores” que dejan a un estudiante con 2.95 sin tener muchas veces en cuenta el proceso a lo largo de un período o año escolar. Por eso insisto, el tema de la evaluación es de nunca acabar.

Para finalizar quiero compartir apartes de un artículo del Investigador en educación Pablo Romero Ibáñez. Me llamó mucho la atención por que toca las fibras de nuestro quehacer como docentes:
“Pedagogía de la humanización. Quien se enoja porque existen escuelas donde todos los estudiantes aprenden y por ende, en esas escuelas no hay fracasados, no hay necesidad de repetir el curso, solo se avanza, se crece, se evoluciona y nos transformamos en mejores seres humanos, repito: quien a esto le disgusta, entonces, no merece ser maestro.
¿Para qué nos hacemos maestros? Justamente para el que está en problemas, para el que no tiene motivación de estudiar, para el que no hace tareas, para el indisciplinado, para el que no se lo aguanta nadie, para ese estudiante, nos hacemos maestros; por eso, tiene sentido, ser maestro, porque somos capaces de transformar al individuo egoísta y perezoso, en un mejor ser humano, en un sujeto social que se ama a sí mismo, ama a los demás, al mundo y al conocimiento; pero, gracias a un maestro, ese estudiante que dábamos por perdido, ahora: es crítico, creativo y fundamentalmente un sujeto ético. Insisto, gracias a un ser humano que se hizo maestro podemos pensar una mejor sociedad de la que tenemos en la que todos cabemos”.

Por: Olga Claudia Herrera Z.